miércoles, 12 de noviembre de 2014

Cuidarse es la leche!

Hola!
Este es uno de los posts que tenía en la cabeza antes incluso de iniciarme con el blog. Quizás porque nunca he sido muy fanática de la leche. Cuando era pequeña recuerdo que era yo la que imponía a mi madre las condiciones para tomármela. Nunca caliente, nunca con azúcar, siempre con ColaCao. Y mientras me enfrentaba a la ardua tarea de disolverlo en leche fría como el témpano, intentaba mentalizarme de que no había opción, me la tenía que tomar. Y todo esto dos veces al día!

La leche es un alimento básico en edades tempranas. De hecho, si nos fijamos en lo animales, ellos amamantan a sus crías al nacer hasta que son auto suficientes. Hace algunos años que se inició un debate acerca de si la leche era necesaria en la edad adulta, ya que somos los únicos animales que seguimos tomándola pasada la etapa infantil. 

Las recomendaciones de tomar leche por el calcio han sido más bien generadas por la industria. Actualmente se pone seriamente en duda si nuestro organismo es capaz de asimilarlo. Lo cierto es que el calcio de algunos vegetales de hoja verde (como las coles, el brócoli o las espinacas), las hortalizas y los frutos secos, se absorbe mejor que el de la propia leche. 

Y sin intención de querer parecer detractora, estas son mis alternativas:

La leche vegetal, al tener menos grasa, se digiere mejor. Además evita problemas como la mucosidad, que puede afectar a personas consumidoras habituales de leche de vaca y que en ocasiones deriva entre otras, en afecciones como la bronquitis, la sinusitis y el asma. 

La bebida de arroz y coco que os muestro en la foto, es una de mis favoritas. Como veis ésta no tiene lactosa, ni azúcar, ni gluten, ni colesterol, pero os garantizo que si os gusta el sabor a coco está deliciosa. Es muy refrescante y aporta mucha energía. Este brik de 1L tiene un precio aproximado de 2€ y lo podéis encontrar en tiendas eco y herbolarios. 








La lactosa es un azúcar que está presente en todas las leches de los mamíferos: vaca, oveja, cabra y también en la humana. Está compuesta de glucosa y galactosa. La intolerancia a esta sustancia se da cuando el intestino delgado no es capaz de digerirla. Es cada vez más común en los adultos y al parecer existe una clara relación causa-efecto con el hábito de tomar leche, aunque también está presente en algunos alimentos preparados y no lácteos.

Otra opción es la bebida de soja. Ésta tiene un sabor menos dulce que la anterior, pero es más agradecida a la hora de añadir azúcar, una pizca de café o calentarla. Podríamos decir que es la versión más parecida a la leche. La soja es una leguminosa rica en calcio, hierro y en vitaminas sobre todo del grupo B. Este brik, como el anterior, es de 1L y lo podéis encontrar por un precio similar en algunas grandes superficies, tiendas eco y herbolarios.

Y una última sugerencia: la bebida de avena. También muy sabrosa y con un alto contenido en vitaminas, fibra y calcio. En este caso la que os muestro es baja en grasa y 1L puede costar algo menos de 2€. 

Debemos tener en cuenta que la leche vegetal, a no ser que lo especifique en el envase, puede contener gluten. El gluten es una glucoproteína que se encuentra en cereales de consumo tan habitual como la cebada, el trigo, el centeno o la avena y en otros de consumo menos frecuente como la espelta. Es muy beneficiosa para el ser humano pero puede ser algo indigesta, dado que hay veces en las que nuestro cuerpo no dispone de las enzimas necesarias para digerirla completamente. 

Hay personas a las que estos pequeños trozos de gluten no digeridos les pueden producir problemas autoinmunitarios (como la enfermedad celíaca), alérgicos (alergia respiratoria, de contacto o alimentaria) y de sensibilidad a esta proteína. 

Al final de lo que se trata es de poder disfrutar de lo que mejor nos sienta.

Espero que os haya parecido interesante!

Mucha salud,
Laura.



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